Lina comenzó a caminar para salir de Siria. Dio el primer paso hace más de dos años, cuando estalló la guerra civil en su país. El primer día tuvo que abandonar su escuela, aunque ya no tenía escuela porque la habían destruido. Siguió caminando y tuvo que abandonar su casa, aunque ya no tenía casa porque un bombardeo la había deshecho. Siguió caminando y tuvo que abandonar a su familia, aunque ya no tenía familia porque los disparos habían matado a sus padres. Siguió caminando y tuvo que abandonar su humanidad.
Hoy Lina vive refugiada en el Líbano y sueña con volver a su país. Todavía camina y al caminar se pregunta qué de todo lo perdido, algún día, podrá recuperar.
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Fotografía: Varias de las 5.000 personas que día a día abandonan Siria. Más información.
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